
Los Cantores: Un Ministerio de Alabanza y Servicio a Dios
Los cantores fueron originalmente designados por el rey David —quien también fue cantor— para encargarse del culto a Dios en la tienda del encuentro. Su labor era dirigir al pueblo en la música y en la adoración, siendo ministros al servicio del Señor por medio de la alabanza.
Hoy en día, seguimos ese llamado: evangelizar a través del ministerio de música, usando las alabanzas como medio para motivar a las personas a buscar a Dios, comunicarse con Él, y ser transformadas por Su amor, entregando sus vidas a Jesucristo.
Nuestro objetivo es glorificar a Dios con nuestras vidas. Como ministerio de alabanza, buscamos la excelencia musical, pero sobre todo, anhelamos que cada integrante sea también un guía: de jóvenes, adultos y niños, fomentando buenos valores y una vida cristiana, basada en el ejemplo de Jesús.
La música tiene el poder de tocar corazones, consolar al afligido y fortalecer al débil. Por eso, no solo cantamos, sino que ministramos. A través de cada ensayo, cada oración y cada nota entonada, sembramos fe, esperanza y amor.
Así como los antiguos cantores se organizaban por equipos, familias y linajes para transmitirse mutuamente la formación y el perfeccionamiento de su ministerio, nosotros también estamos llamados a trabajar en equipo, compartir lo aprendido, orar juntos, ensayar y seguir capacitándonos. Todo esto forma parte del llamado que Dios ha hecho al ministerio de la música. Que cada canción sea una ofrenda viva y cada cantor, un instrumento en las manos del Señor.