Madre de fe: una celebración cristiana por el Día de la Madre

El Día de las Madres

nos brinda la oportunidad de agradecer a Dios por habernos bendecido con esta mujer maravillosa y extraordinaria, una verdadera madre de fe, quien nos ayudó a ver nuestra necesidad de Él. Nos tomamos un tiempo para celebrar cómo Él la usó como una luz en nuestras vidas y un modelo de virtud para todos. Hay razones históricas, familiares y espirituales por las que deberíamos celebrar el Día de las Madres.

Desde el inicio de la celebración oficial del Día de la Madre, Estados Unidos ha reconocido el papel de las madres. Con los años, les hemos demostrado nuestro cariño con regalos, servicios y experiencias. Todo para que sepan cuánto las valoramos. Nuestras madres han sido de todo para nosotros: doctoras, cocineras, animadoras, organizadoras, juezas, mediadoras… Incluso profetas, cuando nos advertían sobre malas compañías.

Como matriarca, nuestra guía espiritual materna mantiene el centro sentimental de la familia. Por ejemplo, dedica gran parte de su tiempo durante las reuniones familiares, las vacaciones y los días festivos a asegurarse de que disfrutemos del momento. Conoce nuestras dietas, nuestras comidas y bebidas favoritas, y nuestra música preferida. Sí, incluso sabe cómo combinar himnos con alabanza contemporánea.

Nuestras madres son las principales

madres que nos llaman para saber cómo estamos. Incluso nos dan con insistencia listas de otras personas que, en su opinión, necesitan saber de nosotros. Nuestras madres suelen ser las principales que nos piden que asistamos a todas las ocasiones familiares y eventos especiales.

Muchos de nosotros crecimos con una madre de fe que es una verdadera adoradora. Ella conoce el valor de la «Sublime Gracia» de nuestro Señor y se congracia con la «Bendita Seguridad» de su salvación. Sabe cómo «Ir y contarlo en el monte» a cualquiera que quiera escuchar las Buenas Nuevas de Cristo.

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Creo que cuando Pablo dijo en 2 Corintios 10:4: «Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas», estas «armas» son principalmente la armadura de Dios (Efesios 6), como parte de nuestra capacidad defensiva, y el fruto del Espíritu, como parte de nuestra capacidad ofensiva. Nuestras madres son fundamentales para enseñarnos a usar estas armas ofensivas: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, generosidad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio (Gálatas 5:22-23 NVI). Nuestras madres nos enseñan a través de la prueba y el error (para ella y para nosotros) que el uso eficaz del fruto del Espíritu agrada a

Dios y nos ayuda a madurar

para ser la mejor versión de nosotras mismas.

Desafortunadamente, «el mundo, la carne y el diablo» han urdido planes para negarle a la maternidad cualquier reconocimiento respetuoso, convenciendo a las mujeres de posponer el matrimonio y la maternidad para buscar riqueza y poder. Por ejemplo, nuestros enemigos espirituales han ejercido presión cultural sobre las mujeres para que dominen las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) como una meta más importante que la responsabilidad personal de concebir, dar a luz y ser las primeras maestras de la próxima generación. Por la gracia de Dios, tanto las STEM como la maternidad pueden ser buscadas y celebradas con vehemencia. El enemigo incluso ha convencido a demasiadas de que la imagen de una buena madre tiene algo que ver con que la Madre de fe permita que «un pueblo» en lugar de un hogar piadoso críe a sus hijos. Las consecuencias de esta renuncia son trágicas para la madre y el niño. Sin embargo, como guía espiritual materna, nuestras madres pueden ver las artimañas del enemigo y han aprendido a acudir al Señor en oración para superar estos desafíos.

Nosotras, las cristianas, celebramos el Día de la Madre agradeciendo al Señor por bendecirnos con esta increíble persona en nuestras vidas, firme y compasiva con nosotras. Algunas de sus tácticas y estrategias pueden parecer a veces confusas al ser presenciadas, pero años después reflexionamos sobre lo inteligentes que fueron esos esfuerzos.

Feliz Día de la Madre a todos aquellos que tienen alguna influencia en la vida de nuestros hijos.

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